drodriguez 14 noviembre, 2014

Nació el año pasado en Europa y fue lanzado días atrás en la Argentina; busca alimentar la curiosidad innata y la creatividad entre pares mediante tutoriales; cómo participar de la propuesta

Curiosidad, creatividad y conocimiento. Parecía la fórmula perfecta de las tres «c» a los ojos de muchos, pero resultaba incompleta para la disrupción que, al menos, quería provocar. Lo intuía. Hacía falta un cuarto elemento. Otra «c», poderosa, que promoviera «eso que tan bien» ellos saben hacer y transmitir, y que escapara de las pautas, los guiones y las estructuras del (a veces aburrido y monótono) entorno adulto.

Bastó un breve aunque efectivo brainstorming para que la idea tomara finalmente vuelo y encontrara su propia esencia. Para que la frase «cosas de chicos», lejos de relativizar sus intereses, cualidades y habilidades más genuinas, adquiriera otro matiz, orientado a maximizar lo mejor de cada uno.

Con esa impronta tan especial se gestó el año pasado Kiddify, una plataforma on line de tutoriales creados por niños y dirigidos hacia chicos, y jóvenes, de diferentes países, traída desde Alemania y recientemente lanzada en la Argentina como un nuevo modelo de aprendizaje.

La iniciativa, que ya cuenta con versiones en alemán y en inglés, nació de la mano de Paula Laurel Jackson, doctora en educación, quien luego de participar de investigaciones en la Universidad de Cambridge, Inglaterra, montó un ambiente virtual para que el segmento de entre 8 y 18 años pudiera compartir e incorporar contenidos sobre el mundo a través de la mirada de otros.

«Me encantó la propuesta de impulsar lazos horizontales y aprendizaje entre pares potenciando usos positivos de los nuevos medios, así que cuando conocía a Paula surgió la idea de traer Kiddify a América latina«, explica entusiasmada a LA NACION la antropóloga social Inés Finchelstein, responsable del desarrollo de la propuesta en el país y en Iberoamérica.

Según comentó a este medio la especialista, hace tiempo que trabaja con emprendimientos sociales que involucran a los más pequeños, como La Revistita Multicultural (hecha para y por chicos), y vio en este portal replicados varios de sus deseos.

«El término Kiddify significa alimentar un estado natural de curiosidad, despertar la creatividad y alimentar la sed de conocimientosobre el mundo. Por lo tanto, tiene que ver con la curiosidad natural, la creatividad y la sed del conocimiento de los individuos al nacer. Estas cualidades, a veces, se pierden o se achatan a medida que se avanza en la vida por falta de motivación o canales para fomentarla. Aquí buscamos desplegar el potencial de cada uno al máximo«, reflexiona durante la entrevista.

¿Cómo se explica esa conexión particular que se entabla entre chicos?

Estamos convencidos de que los niños y los jóvenes se sienten poderosos cuando pueden compartir sus conocimientos y habilidades de un modo positivo. ¡Creemos que todo el mundo tiene algo especial para contribuir! Cuando ven todo lo que sus pares son capaces de hacer y conocer, se sienten inspirados y motivados a seguir sus pasos. Es justamente eso lo que nos proponemos. Hay docentes que me han comentado que en el aula, muchas veces, los chicos entienden mejor explicándose entre ellos. Se trata de una práctica muy presente en ese ámbito y en la vida cotidiana, y puede impulsarse con las nuevas tecnologías. Buscamos que Kiddify sea una herramienta educativa en el aula y en otros espacios.

¿Cuáles son las premisas de las que parten para incentivarlos a sumarse y participar?

Todos, grandes y chicos, tenemos algo que nos gusta hacer, que nos apasiona, que conocemos o que sabemos hacer muy bien, desde una costumbre hasta un baile, tocar instrumentos, canciones, alguna receta familiar o un juego o deporte que disfrutemos y que quizás otros en el mundo no conocen. La idea es poder mostrarlo, en un formato seguro y moderado, y que otros puedan aprender.

Como funciona

El portal brinda a los usuarios la posibilidad de compartir conocimientos e intercambiar experiencias a través de sus propios videos tutoriales con explicaciones «paso a paso».

Cada video, de un máximo de cinco minutos de duración, se traduce a diferentes lenguas para ofrecer acceso a la comunidad global, y se ordena por país de origen y por área temática.

«Los temas son infinitos y son todos bienvenidos. La condición esencial es que en ese espacio se pueda transmitir algo que una persona conoce y que otra no y pueda incorporar a su vida. Al tratarse de una plataforma moderada y segura, requerimos que el usuario tenga una autorización de sus padres o adultos responsables. Además, cada video que se sube es revisado previamente y se verifica que cumpla con los requisitos básicos. No pueden subirse materiales que presenten vocabulario fuerte, expresiones violentas, propagandas o direcciones«, detalla Finchelstein.

En ese sentido, la experta en gestión de organizaciones sin fines de lucro ejemplifica: «Hoy en Kiddify se puede encontrar desde cómo hacer un ollie en skate hasta aprender acerca del ADN o escribir literatura; cómo fabricar una muñeca de trapo o bailar una danza de la India. Hay, incluso, tutoriales sobre cómo hacer un tutorial».

Los usuarios cuentan también con un «pasaporte» en el que sus pares pueden comentar o dejarles sellos que actúan como reconocimientos. A su vez, mentores de distintos ámbitos contribuyen con ellos en la búsqueda de conocimiento al responder preguntas específicas que integrantes de la red plantean en la plataforma.

«Los videos pueden filmarse con cualquier tipo de cámara. Lo que nos importa es el contenido y en especial la motivación que se observa en él, porque se trata de inspirar y de aprender haciendo. Si hay gente que quiere participar y precisa soporte técnico, pueden conectarse con nosotros para apoyarlos«, advierte.

Cazatalentos

«Las personas aprenden a partir de la experiencia, observando y enriqueciéndose a partir de la interacción con los demás. Así desarrollamos nuestra propia personalidad y, entre todos, conformamos nuestro mundo«, recuerda parte de la misión que abraza Kiddify y que explicita apenas se ingresa al portal.

En ese marco y con motivo de su estreno en el país e Iberoamérica, invita a chicos argentinos a participar de un concurso de talentos para sumar contenido en español. Allí, un jurado integrado por adultos y jóvenes locales y de Alemania seleccionará el tutorial más divertido, el más inspirador, el más útil, el más interesante, el más original, el más emocionante, el más audaz, y el más solidario, entre otras categorías.

«Estamos ansiosos por saber lo que los chicos de nuestro país dan a conocer al mundo. El criterio principal se relacionará con la motivación que se observa en el tutorial, y la claridad para enseñar a otros a hacer lo que al protagonista más le apasiona«, sintetiza Finchelstein.

La mirada adulta. Nora Koremblit de Vinacur, especialista en niños y adolescentes y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), destaca que es importante que este tipo de dinámicas descansen en modalidades que permitan intercambiar y colaborar en un mejor desempeño, aunque repara en la necesidad de que la mirada adulta esté siempre presente. «Los propios pares permiten que se pueda llegar a una buena meta, aunque nunca solos«, dice. Y añade: «Tanto en la búsqueda de la información como en el desarrollo de la tarea, no sólo los compañeros, sino también los adultos, cumplen un papel fundamental«.

Si estas prácticas se trasladan y promueven en el aula, advierte, es fundamental que la consigna del docente sea clara al momento de proponerles a los chicos la realización de la tarea. «Esto permite que se organicen en torno al trabajo y se puedan observar los roles que van tomando en lo que deban realizar«. Sólo así los adultos a cargo podrán estar atentos, poner límites, y reorganizar las actividades, cuando sea necesario, con correciones y nuevas pautas.

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