drodriguez 13 mayo, 2014

Felipe Miranda, un niño de 11 años, ya disfruta de la iniciativa que permite reemplazar prótesis de U$S 40.000 con una de $2.000. La idea surgió en un bar equipado con impresoras 3D situado en Palermo.

El desafío nació en enero, cuando Ivana pidió ayuda a Gino Tubaro Rodrigo Pérez Weiss para fabricar una prótesis funcional para su hijo Felipe.

Apenas unos meses después, a fines de abril, Felipe ya la estaba utilizando. «¿Quieren saber cómo se siente haber hecho feliz a alguien? Miren la foto», dijo Tubaro, y posteó en Twitter una imagen:

La sonrisa de Felipe comienza a hacerse conocida en las redes sociales, donde fotos y vídeos muestran cómo una idea puede cambiar para siempre la vida de un niño.

Felipe nació sin dedos en su mano izquierda y gracias a su prótesis ahora puede pescar, agarrar un mate e incluso practicar para ir al arco en un picado entre amigos.

Nueva revolución

El mundo de la impresión 3D es tan amplio y nuevo que nadie es capaz de decir hasta dónde llegará.

¿Qué es la impresión 3D? Es el proceso de convertir gráficos 3D en objetos físicos. Se diferencia de la tradicional ya que en lugar de imprimir sobre una superficie plana, en la 3D se crea un objeto con volumen.

Es por ello que se habla de una especie de nueva revolución industrial: se pueden fabricar objetos a escala«, explicó Marcelo Ruiz Camauër, CEO de Kikai Labs, una de las pioneras en este campo en la Argentina.

Casas, una prótesis similar a la de Felipe, y la cara de un hombre son algunas de las últimas novedades dentro del mundo de la impresión 3D, un espacio donde suele reinar además la libertad para copiar objetos e incluso las mismas impresoras.

Esto hace posible que cualquiera con acceso a una impresora 3D pueda llevar su diseño o el de un tercero a la realidad. Así es el caso de Felipe.

El desarrollo

En agosto del año pasado abrió sus puertas el 3D Lab Fab&Cafe en Palermo, un espacio con impresoras 3D disponibles para que cualquiera pueda conocer cómo funcionan e incluso crear sus propios objetos o emplear diseños preexistentes en sitios web.

«Estamos muy felices por ser pioneros en este rubro y por la propuesta que representa para la comunidad. Ofreceremos un lugar para juntarse, aprender, difundir la tecnología, entre tantas otras cosas y eso nos pone muy contentos«, decía en ese momento Pérez Weiss, fundador de 3D Lab Fab&Café.

Ese espacio fue la cuna de la prótesis de Felipe. Tubaro, Pérez Weiss y el estudio de diseño Dtres avanzaron hasta conseguir reemplazar una prótesis de U$S 40.000 por una de $2.000.

El prototipo inicial estuvo basado en uno de licencia abierta, cuyos «planos» estaban alojados en el sitio Thingiverse. De ahí que pudieron descargarlo, modificarlo y mejorarlo según su criterio.

Luego de varias pruebas y pensar en los límites a la importación que rigen en la Argentina, determinaron que la llamada e-NABLE hand (Cyborg Beast) era la indicada.

«Ahora, cada 48 o 72 horas podemos hacer una prótesis«, explicó Darwin Research, la empresa creada por ambos jóvenes que tiene por objetivo «producir dispositivos sin límites de categorías para que colaboren en resolver los problemas de la humanidad de forma eficiente, económica, sustentable y evolutiva«.

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