drodriguez 22 agosto, 2018

Cynthia Beutler tiene 17 años y estudia robótica en Posadas. Fue seleccionada para formar parte del grupo que representará a nuestro país en el «Mundial de robótica», que arranca este miércoles en México. Se destacó en los aspectos técnicos de la construcción de un robot, con el que lograron el puesto 13 entre los 161 países participantes.

La vida puede cambiar un día cualquiera, cuando uno menos lo espera. Y eso le pasó a Cynthia Beutler (17)  a principios de este año, cuando estando en la Escuela de Robótica de Posadas, Misiones -donde vive-, fue a tomar agua y encontró que había cinco profesores murmurando algo. Al rato se le acerca uno y, así nomás, le dijo: “Podrías ser una persona que vaya a cierto mundial…”, contaba Cynthia, momentos antes de subirse al avión que la llevó hasta México para representar a la Argentina en la segunda edición del “First Global Challenge”, algo así como el Mundial de robótica para estudiantes secundarios.

Siguieron 12 sábados seguidos, durante dos meses y medio, en los que tuvo que viajar todos los fines de semana a Buenos Aires -junto a su “facilitador” Marcos Lugo- para unirse a los otros cinco estudiantes que forman parte del equipo que viajó hasta México.

Cada viernes a la noche Cynthia y Marcos se subían al micro que los llevaba a Buenos Aires. Por la mañana del sábado ya estaban en la sede de Educabot en Parque Centenario, para darle forma al robot junto a sus compañeros porteños. Terminaban por la tarde y a la noche, de nuevo a Retiro para volver a Misiones.

Eran dos noches seguidas en el micro durante cada fin de semana. Y una vez en Posadas, de vuelta al cole. Cynthia estudia, de 7 a 19, en la escuela técnica San Arnoldo Janssen.

Marcos (29), también misionero, es ingeniero electrónico y cuenta que, tras su paso por el sector privado, quería dar un vuelco a su vida y trabajar en algo “que tuviera un acercamiento a lo social”. Lo encontró en la Escuela de Robótica de Misiones, un espacio público orientado a la programación, la robótica y la “cultura maker”, que complementa la educación formal de alumnos de 5 a 20 años. Allí necesitaban “facilitadores”, un concepto que excede la figura tradicional del docente y que lo que busca, además de enseñar, es también motivar y orientar a los alumnos en sus trayectorias educativas.

Marcos fue la persona señalada para acompañar a Cynthia en su entrenamiento hacia el “Mundial”. Cuenta que en el “First Global Challenge” participan equipos de más de 160 países. Los robots fueron ubicados en una ciudad simulada con la misión generar la mayor cantidad de energía, tanto desde turbinas eólicas, como paneles solares, energía de combustión y de reacción. Todo simulado, claro: los robots debieron resolver situaciones, algunas mediante el comando de un control remoto y otras en forma automática, para lo cual fue necesario programarlos previamente.

Cynthia dice que quiere estudiar ingeniería en mecatrónica. Y después, ya recibida, ser “CEO de una empresa de tecnología que sirva para ayudar a la gente”. “No puedo curar el cáncer ahora mismo, pero quiero inventar soluciones que le sirvan a las personas, cualquier cosa que sirva para ayudar”, dice.

– ¿Cómo surgió tu pasión por la robótica y la tecnología?

– Es hereditario. Mi papá, que murió cuando yo tenía 9 años, era programador y su hobbie era solucionar cosas con tecnología. Y a mí también me gustaba.

Se le quiebra la voz, se emociona Cynthia cuando habla de su papá que, desde algún lugar, estará tan orgulloso como todo Posadas de este gran paso de Cynthia por las grandes ligas de la programación.

Cómo es la competencia

El First Global Challenge se realizó en la Ciudad de México del 15 al 18 de agosto. Participaron 175 países. Los equipos debieron aplicar sus habilidades tecnológicas para resolver problemas de eficiencia energética en favor de un mejor ambiente, con robots creados por ellos. El evento está organizado por una ONG radicada en los EEUU que trabaja en competencias de robótica hace 25 años y tiene como objetivo “inspirar el liderazgo e innovación en los jóvenes, en los campos de la ciencia y la tecnología para abordar los problemas más relevantes a nivel global y mejorar la calidad de vida de la sociedad”.

La competencia se desarrolla con un kit estándar para todos los países. Con este kit los chicos de 12 a 18 años que participan tienen que construir un robot móvil controlado por control remoto, para que cumpla ciertas misiones en un escenario (mover cajas, hacer girar manivelas, agarrar objetos como pelotitas o colgarse de un parate). Este año la misión consiste en que generar la mayor cantidad de energía para dos ciudades simuladas. Los robots deben llevar cubos a los generadores o trasladar paneles solares, entre otras tareas. La ciudad que genera más energía gana. Cada ciudad está compuesta por tres países y gana el país que mejor desempeño tenga dentro de la ciudad que genera más energía.

Esta es la segunda edición del First Global Challenge. La primera se hizo en julio de 2017 en la ciudad de Washington, Estados Unidos, pero no participó ningún equipo argentino.

El equipo argentino estuvo conformado por Cynthia Beutler (Misiones) y Federico Caputo, Timothy Ma, María Candelaria Ruíz Casas, Tomás Hermida Mancini y Federico Cassina Carbia (Buenos Aires). Este equipo de estudiantes que representa a la Argentina fue declarado de interés por la Cámara de Diputados de la Nación, el 4 de julio pasado.

 

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