drodriguez 21 agosto, 2018

Por primera vez en la Argentina, se recurre a la impresión en 3D para recuperar esculturas dañadas. Mediante este revolucionario método, 20 expertos de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) avanzan en la recuperación de la Venus de Capúa, figura a la que le faltaba un brazo.

Un equipo interdisciplinario de la Facultad de Bellas Artes de la capital bonaerense aplica el revolucionario método en obras dañadas; la experiencia fue presentada y sorprendió en París.

Para proyectar el modelado y crear una malla 3D, tomaron cientos de fotografías digitales de una pieza gemela emplazada en Recoleta, a la vez que estudiaron la Venus original exhibida en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles, Italia. Hasta ahora, el sistema había sido usado básicamente en el diseño industrial.

«Es la primera vez que se realiza en nuestro país este tipo de experiencia interdisciplinaria con tecnologías 3D«, afirma la profesora Patricia Ciochini, líder del equipo conformado por especialistas en restauración, escultura, dibujo, diseño en comunicación visual, multimedial, audiovisual y del software libre para arte y diseño.

Según Rocío Huck, diseñadora industrial, «trabajar de esta manera permite ampliar nuestros campos de aplicación y generar antecedentes que nos permitan transferir nuestras experiencias«. En julio pasado, el grupo presentó el proyecto Tecnologías de Diseño Digital Aplicadas a Restauración de Obra Escultórica durante el VII Congreso Internacional de Educación de la Université Paris Diderot, donde los especialistas se sorprendieron con los avances logrados en La Plata, comentaron los profesores.

El trabajo empezó con el relevamiento del conjunto de réplicas dañadas dentro del Área de Museo, Exposiciones y Conservación del Patrimonio de la Facultad de Bellas Artes. Luego se buscaron sus «gemelos» intactos, distribuidos dentro y fuera del país. Este proceso se realizó por medio de fotografía y mensura digitales, bocetos y realidad aumentada. En conjunto, toda esta información permite la proyección de un modelado y subdivisión de malla en 3D, que luego puede utilizarse para imprimir las partes a reconstruir, como también diseñar los anclajes necesarios para el empalme de las nuevas piezas sobre los originales.

Con el salvataje de la Venus de Capúa, la UNLP desarrolla la primera experiencia, aún no concluida, de restauración sobre una pieza dañada; le seguirán más. La figura de la diosa mitológica, en actitud de admirar su reflejo en el interior del escudo de Ares, perdió uno de sus brazos cuando, hace 30 años, cayó al piso mientras la limpiaban en el interior del museo.

Historia

La obra fue confeccionada por la empresa Manifattura di Signa, cuyo sello posee. El establecimiento -fundado en 1895 en la ciudad de Florencia, Italia- era una emblemática casa de moldes que se especializaba en la copia y la comercialización de esculturas de la Antigüedad y del Renacimiento. Se calcula que entre fines de 1800 y principios de 1900 la figura llegó al Museo de Ciencias Naturales de La Plata; luego, en 1930, pasó a la Facultad de Bellas Artes junto a otras estatuas.

Tal como sucede con la mayor parte de las esculturas famosas, hay varias copias de esta Venus en diferentes partes del mundo. El original data del siglo II y permanece en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles; fue hallado en el siglo XVIII bajo las ruinas del antiguo anfiteatro de Capúa.

Afortunadamente, en Recoleta también hay una Venus en muy buenas condiciones. A veces pasa inadvertida en el pequeño espacio triangular de la intersección de Guido y Juncal, la plazoleta Pedro Miguel Obligado. Su material tiene base de polvo y mármol de cemento, mientras que la platense es de terracota, de ahí su fragilidad.

Como punto de partida, los expertos relevaron la réplica «sana» de Recoleta tomando 100 fotos alrededor de la pieza. Esa información se volcó al programa Agisoft PhotoScan, que mediante imágenes digitales y la combinación de técnicas de fotogrametría genera una nube de puntos que luego une. Finalmente, el software realizó una reducción de polígonos y decimación, lo que dio como resultado un archivo liviano que contiene la malla 3D acabada.

La siguiente etapa fue el modelado. A partir de esa malla inicial, se definieron la geometría y las uniones, el espesor del brazo, los anclajes estructurales y la división en piezas más pequeñas de acuerdo con las capacidades de la impresora 3D. Sin embargo, se toparon con algunas dificultades. La primera prueba impresa brindó un brazo con una escala superior a la del calco dañado. Se decidió realizar un molde flexible con alginato, material proveniente de las algas utilizado en odontología, seleccionado por su reversibilidad y por su alta precisión, al proporcionar fidelidad dimensional y de superficie.

De este modo, la reproducción final del brazo fragmentado de la Venus, ahora como pieza blanca y sin interferencias, es decir sin sombras, suciedad ni inaccesibilidad, quedó lista para el escaneo y los ensayos precisos para el encastre entre el calco y la impresión 3D del faltante. Ahora, solo resta limpiar la figura.

Los próximos pasos

Recientemente, el Área de Museo, Exposiciones y Conservación del Patrimonio ofreció la muestra «Un mapa, una escultura, un narrador, un brazo? ¿una historia real o irreal?», que incluyó una aplicación con realidad aumentada con el relato de la historia de la Venus, su viaje hasta la Argentina, cómo perdió su brazo y cómo quedó con la restauración. Pero también se presentó una mini-Venus, una copia de la deidad de 30 centímetros de alto, para ejemplificar la calidad de los resultados de la impresión en 3D. La pieza se colocó sobre una caja infinita para que pueda ser mejor apreciada por el público.

«Nuestro museo va a ser de realidad concreta y virtual. Van a poder apreciarse las obras en toda su magnitud gracias al mapping, al escaneo y al Slad. A todo esto le sumaremos el soporte narrativo, que cuenta la historia de la obra, por ejemplo. No queremos que solo sea un despliegue tecnológico, sino ir más allá«, describió Ciochini.

La próxima obra por reparar será Los Luchadores, un calco del original griego. Los especialistas también están limpiando y poniendo en valor la cabeza del David de Miguel Ángel.

Un museo poco conocido

El Área de Museo, Exposiciones y Conservación del Patrimonio de la Universidad Nacional de La Plata exhibe más de 80 piezas, entre calcos de yeso y de terracota, pinturas, dibujos, esculturas y grabados de destacados profesores de la casa de estudios.

Alberga uno de los conjuntos más relevantes de reproducciones de piezas de la historia del arte griego, románico, gótico y renacentista, integrado por réplicas de la Venus de Milo, Venus de Cires, el grupo del Laocoonte y sus hijos, Moisés y la Cabeza de David de Miguel Ángel Buonarotti, entre otras obras.

Pero también hay un importante número de «estatuas-columnas» de las catedrales de Reims y Chartres, relieves, y esculturas de bulto referidas a la vida de la Virgen. Completan este recorte una serie de capiteles románicos, góticos, tres grutescos renacentistas y también pinturas.

Funciona en Diagonal 78 Nº 680 y se puede recorrer en forma gratuita de lunes a viernes, de 10 a 17. También ofrece visitas guiadas.

 

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