drodriguez 18 octubre, 2018

Funciona con una aplicación y fue diseñada para personas con patologías severas que les impiden movilizarse de manera independiente.

Los responsables del proyecto, al lado del artilugio para discapacitados.

Los chicos del último año de la escuela de Educación Técnica N° 3120 de la localidad de Aguaray diseñaron una silla mecánica que a diferencia de las que se consiguen en el mercado, no requiere ser manipulada ya que responde a una aplicación.

Para los alumnos la diseñaron dentro de una práctica profesionalizante que realizan en el último año de la carrera, es un logro porque además la motivación de trabajar sobre el novedoso diseño era la solidaridad y los afectos; y es que un compañero que asiste a esa escuela que padece una penosa enfermedad que le impide manejar sus miembros tanto superiores como inferiores podrá utilizarla con mucha mayor facilidad que a una silla mecánica común que requiere de cierto manejo y conducción.

El modelo creado por los chicos se maneja íntegramente con el celular; para el chico enfermo será de una gran ayuda y si bien actualmente no puede utilizarla porque se encuentra bajo tratamiento médico en un centro de alta complejidad en Buenos Aires, a su regreso la silla robótica estará disponible para el adolescente.

Cómo nació el proyecto

Jorge Moya es técnico y docente de la materia prácticas profesionalizantes que los chicos de la escuela Técnica N° 3120 con orientación en electrónica de Aguaray cursan en el último año. El profesor Moya los acompañó en todo este proceso que llevó dos años pero que hoy es una realidad palpable con lo que eso significa para los alumnos y para cualquier persona que pueda necesitar una silla de ruedas íntegramente manejada por celular. El docente explicó que «sintéticamente se trata de una silla motorizada que funciona a través de un celular y que los alumnos crearon en base a conocimientos que aprenden en robótica; la idea fue aplicar ese conocimiento en algo que resulte útil para la sociedad«.

El profesor Moya agregó: «Esa silla la diseñamos para un alumno que padece el Síndrome de Duchenne, (una forma de distrofia muscular severa que afecta seriamente a quienes lo padecen con una debilidad muscular progresiva y permanente). Su mamá lo traía a la escuela y pensamos en trabajar en un proyecto que pueda ayudarlo aunque más no fuera en parte por su enfermedad. Lo que los chicos han creado es una silla mecánica con la particularidad que puede ser operada desde un celular. Los chicos crearon la aplicación, le pusieron la tecnología por vía bluetooth. Tuvimos un período de pruebas para poder mover dos motores grandes para posibilitar que la silla se mueva y trasladarse sin ningún problema«.

Para armar esta tecnología de apoyo los alumnos necesitaban los motores que tienen un elevado costo y que era inaccesible para los chicos por lo que solicitaron la colaboración de la empresa Tecpetrol que donó dos motores, las ruedas y la batería y que en conjunto superaban el costo de los $100.000. Como la escuela cuenta con un taller, los chicos modificaron una silla común, le agregaron los motores y se abocaron a trabajar en la tecnología para darle movimiento. El proyecto se inició en 2016 y estuvo terminada a mediados de este año.

La gran alegría de los chicos fue que para la fiesta de Aguaray los alumnos desfilaron con su flamante «tecnosilla».

La silla está en perfectas condiciones de ser utilizada pero Oscar, el adolescente que se encuentra delicado de salud en Buenos Aires, y que motivó el trabajo de los chicos de la escuela técnica todavía no la conoce. «Lo que vimos es que dada la afección muscular que tenía, se le dificultaba poder manejarla con las palancas como por lo que creíamos que debía manejarla con sus de dos«, precisó Moya.

 

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