Dos graduadas desarrollaron “La granja de Neri”, un juego destinado a personas no videntes. Se basa en los sonidos que guían a los participantes. También pueden jugar personas con visión normal, y es apto para cualquier edad. Se puede descargar en forma gratuita y plantea las bases para futuros trabajos, también orientados a personas ciegas.
Al verlo, es difícil no pensar en el Pac Man, el clásico juego lanzado por Namco en 1980, en el cual el personaje (¿una pizza amarilla con una porción faltante?) comía puntitos y escapaba de fantasmitas. Pero “La granja de Neri” tiene algo muy, muy distinto de la histórica maquinita: si bien es un granjero que recorre un laberinto recogiendo animales y escapando de un lobo, está pensado y creado para no videntes.
El desarrollo fue realizado por dos profesionales recientemente recibidas del Departamento de Ciencias e Ingeniería de la Computación de la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca) como trabajo final de carrera: Yésica Sacristán -de la Licenciatura en Ciencias de la Computación- y Estefanía Güimil -de Ingeniería en Sistemas-.
El juego puede ser descargado en forma libre y gratuita del sitio http://vyglab.cs.uns.edu.ar/lagranjadeneri/ y es una de las escasas propuestas para no videntes sin costo que existe en el mundo informático. Además, el sitio incluye un manual del usuario que -por ahora- está en texto, para que personas videntes ayuden a quienes carecen de este sentido a jugarlo y familiarizarse con él.
“La idea surgió junto a un amigo no vidente, que no tiene juegos más que en algunas consolas Sega. Se nos ocurrió hacer algo para él, pero también para que los que sí ven puedan manejarse con sonidos. Primero realizamos una investigación sobre la interacción humano-computadora, y luego desarrollamos el juego”, detalla Yésica a Argentina Investiga.
“Nuestra experiencia se fundamenta más en la vista que en el oído, y cambiar ese paradigma no fue fácil. Cada elemento visual se debía traducir en palabras o sonidos. El trabajo demandó seis meses y la corrección de muchos detalles”, agrega. La interfaz del juego se basa en los sonidos que emiten diferentes animales y los que indican los lugares por donde el jugador puede transitar. Además, cuenta con una voz en off que asiste al no vidente y con una interfaz gráfica para permitir la inclusión de familiares y amigos. “La Granja de Neri” tiene un modo “pantalla negra”, para que puedan jugar las personas con visión normal. Tiene tres niveles: “Fácil”, en el cual el lobo que persigue al granjero se mueve hacia cualquier casilla; “Normal”, en el cual el lobo va a ir siempre en la dirección que más se acerque al granjero; y “Difícil”, que combina los dos anteriores: el laberinto tiene dos lobos que se mueven según las opciones Fácil y Normal. Los laberintos por los que se desplaza el personaje cambian en la medida en que culmina cada etapa.
Para atrapar el animal, el granjero sólo tendrá que pararse en la misma casilla que éste. Una vez atrapado, el jugador escuchará la voz en off que le indica qué animal atrapó y cuántos le faltan para cumplir el objetivo. Por ejemplo: “Encontraste una vaca. Te faltan 9”. Si el lobo está cerca, el sonido se escucha a distintos volúmenes, según la distancia. Si el lobo atrapa al jugador hay dos situaciones posibles: si el granjero tenía animales, los suelta a posiciones aleatorias vaciándoles el corral. Si no tenía, el juego termina con la clásica voz de “Game over”.
“Si bien está pensado para chicos pequeños, porque se desarrolla con animalitos, lo probamos con adultos y es muy divertido”, dice la graduada. Ambas flamantes profesionales son bahienses y tienen 27 años.
Las creadoras llamaron a su trabajo “Interacción Humano Computadora en Personas no Videntes”, y lo llevaron a cabo bajo la dirección de los doctores Martín Larrea y Dana Urribarri, del Laboratorio de Investigación y Desarrollo en Visualización y Computación Gráfica. Parte de su investigación consistió en el estudio de cómo las personas no videntes interactúan con las computadoras.
“Hay dos aportes importantes en este trabajo: por un lado el juego, que se ofrece en forma libre y gratuita, y por otro que la investigación que ellas hicieron plantea las bases para futuros trabajos, también orientados a personas no videntes”, destaca Larrea.
“Para comprender los desafíos que un trabajo como este enfrenta hay que pensar que las interfaces que nos brindan los dispositivos electrónicos están basadas fuertemente en un paradigma de comunicación visual. Sin embargo, cuando se considera un usuario que no dispone de una capacidad visual o ésta se encuentra seriamente disminuida, es muy limitada la oferta de aplicaciones y llega, en algunos dominios, a ser nula”, agrega el docente.
Según él, “este proyecto generó un resultado que va más allá de la universidad. Además de hacer una investigación y un informe, también desarrollaron un software que busca mejorar la calidad de vida de las personas no videntes, ofreciéndoles un juego pensado para ellas”.
“Descubrimos que trabajar con discapacitados es muy satisfactorio por la devolución que tenés cuando prueban el juego y se dan cuenta de que pueden desarrollar otra actividad como cualquiera”, finaliza Yésica.
Enlace | www.cs.uns.edu.ar