drodriguez 23 mayo, 2017

A través de componentes reciclados de impresoras y computadoras antiguas que reciben como donación, los estudiantes de la escuela secundaria técnica N° 4 desarrollan proyectos solidarios y basados en software y hardware libre.

A través de componentes reciclados de impresoras y computadoras antiguas que reciben como donación, los estudiantes de la escuela secundaria técnica N° 4, de la ciudad bonaerense de Berazategui, desarrollan proyectos solidarios y basados en software y hardware libre, tales como un dispositivo de reproducción de cuentos y una silla de ruedas automatizada.

«Lo que hacemos es recibir máquinas viejas, no importa que no funcionen, motores o impresoras para transformarlas luego en nuevos productos. Pero creativos y solidarios, sobre todo«, contó Diego Vera Aranda, responsable y profesor del laboratorio técnico de la institución.

«¿Por qué apostar por lo libre? Las empresas van y vienen. Pero lo libre permanece. El conocimiento no se pierde. Si te basas en infraestructuras libres, siempre habrá alguien que lo pueda mantener o fabricar«

Juan González Gómez (a.k.a. Obijuan)

De esta forma, los jóvenes que estudian en esta escuela de Berazategui -que recibe a 900 alumnos- aprenden sobre programación, instalación de software, diseño web y electrónica. Pero al mismo tiempo implementan «las tres R: reciclar, reducir (seleccionar los componentes que sirven) y reutilizar» en sus talleres informáticos, continuó Vera Aranda.

«Hace 20 años que trabajo en la Técnica 4, pero desde 2012 empezamos a generar este tipo de talleres. Nuestro primer desarrollo fue un sistema operativo«, agregó.

Así crearon «Tecbian», basado en GNU/ Linux, un sistema operativo que está orientado a cubrir las necesidades de las herramientas y los recursos informáticos para el desarrollo de contenidos específicos de la tecnicatura en Informática de la escuela y de otras de la provincia.

Pero con el paso del tiempo, y el entusiasmo de los jóvenes, las iniciativas se multiplicaron al punto que esta semana las presentarán en la Conferencia de Informática Saso, que tendrá lugar en la provincia de Corrientes.

Uno de los proyectos es «Tecnola», una fonola totalmente construida con componentes reciclados, tales como gabinetes, monitores, teclados, fuentes de alimentación o cables. Aquí, los estudiantes instalarán y desarrollarán el software específico y la construcción de los mobiliarios que forman parte del proyecto, que tendrá incluido un sistema de tragamonedas para su funcionamiento.

En este marco, también está «Retrogames», una consola con formato retro o portátil de videojuegos del pasado, con materiales reciclados y la utilización de computadoras de placa reducida (tipo Raspberry).

«Lo importante también es que ya empezamos a diseñar algunos prototipos para el área de discapacidad«, destacó el responsable del laboratorio.

Así mencionó a «Cuéntame», un proyecto solidario cuyos principales destinatarios son alumnos de nivel inicial o primario, y que fomenta la lectura en niños con problemas visuales y/o auditivos.

En particular, se trata de un dispositivo tipo consola que puede reproducir audios y mostrar imágenes sobre el relato de cuentos infantiles, contados o recopilados por los mismos chicos. Es un producto compuesto de componentes electrónicos reciclados, donde el comando es a través de un sistema de control remoto.

Por otro lado, los jóvenes trabajan en la segunda implementación en versión beta (prueba) del «proyecto Antonella, y sus derivados», que se basa en la implementación de desarrollos de hardware y software libre en automatización sobre sillas de ruedas, a partir de la reutilización de un cochecito para bebés y el uso de tecnología bluetooth.

Además, están enfocados en la construcción de un semáforo unifocal, en el cual utilizarán las plataformas (de prototipo electrónico de código abierto) Arduino o Pinguino, donde construirán circuitos con leds RGB.

«Acá investigamos las normas viales, y también las reglas para la construcción y desarrollo del sistema«, comentó Vera Aranda.

El docente indicó que para la realización de los proyectos los chicos reutilizan computadoras, impresoras o motores que les brindan tanto empresas como otras escuelas o instituciones gubernamentales. Pero también cualquier persona que tenga ganas de donar equipos que ya no usen para contribuir con el trabajo de los estudiantes. La escuela está ubicada en las calles 111 y 19, Berazategui, y su horario es de 7:30 a 22:00.

«Cuando empecé con estos laboratorios también nació un sueño: hasta Marte no paramos«, concluyó el profesor.

 

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