Recrea un polígono de tiro u otros entornos, y permite reducir el costo de entrenamiento y municiones, y reducir la posibilidad de un accidente.
El equipo argentino de desarrollo tecnológico MediaLab, con sede en la ciudad de Tandil, desarrolló un simulador de realidad virtual para tiro que puede usarse para fines deportivos o entrenamiento de fuerzas de seguridad, lo que permitirá reducir los costos de municiones y evitar accidentes.
Este simulador, que está en etapa de prototipo funcional, es capaz de recrear de forma realista el entorno, el uso del arma y de las municiones, lo que permite que el conocimiento adquirido con realidad virtual se pueda aplicar de forma directa e inmediata.
El desarrollo presenta dos tipos de polígono: uno en ambiente interior y otro en ambiente exterior. El simulador permite definir diferentes ejercicios que incluyen blancos estáticos o en movimiento para dificultar la práctica del alumno, informó MediaLab, el laboratorio de innovación tecnológica que funciona en la órbita del Instituto Pladema, dependiente del Conicet y la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
Al finalizar el entrenamiento, el instructor tiene a disposición un informe detallado de la performance del alumno que incluye el números de disparos realizados, acertados y errados, así como el tiempo de respuesta.
Con estos datos, indicaron desde el laboratorio, el entrenador puede realizar un seguimiento del aprendizaje y ver la evolución del alumno en todo el proceso de entrenamiento.
«El proyecto surgió como una prueba de concepto y lo pensamos como una posible herramienta de trabajo para las fuerzas de seguridad. Si bien hay otros simuladores de este tipo, este es el primero desarrollado cien por ciento en el país«, afirmó Marcos Lazo, líder técnico del equipo 3D de MediaLab.
«Fueron cuatro meses de trabajo en los que participamos de seis a ocho personas, en diferentes partes del proyecto: desarrollo de electrónica, armado de estructuras, sistema de detección de disparos, entre otras«, señaló Lazo.
El investigador remarcó que la particularidad de este simulador es que al haber sido desarrollado en el país, se adapta a las necesidades regionales. En este sentido, por ejemplo, «el arma es del tipo más común que usa la policía en Argentina«.
Para desarrollar el prototipo de realidad virtual se utilizó una réplica del arma que respeta el peso real de la misma y se adaptó de forma electrónica para generar disparos virtuales, que se utilizan para calcular las trayectorias de las balas.
La versión final del simulador contempla incluso el retroceso que se produce en el arma tras los disparos, y recrea también cuando se vacía el cargador.
Tras subrayar el hecho de que se trata de «una innovación tecnológica desarrollada en Argentina«, el coordinador de MediaLab, Cristian García Bauza, explicó que el proyecto «permite capacitar con mayores estándares de seguridad y reducir los costos de entrenamiento que surgen de la reposición de municiones«.
Es que para aprender a tirar con un arma real hay un gasto muy alto de reposición de municiones, que con el simulador puede evitarse ya que se pueden realizar los ejercicios la cantidad de veces que la persona lo necesite hasta disparar con precisión.
Además, se evitan accidentes y se simulan situaciones críticas para ejercitar la toma de decisiones en tiempo real.
«El proyecto tiene la impronta científica de Media.Lab ya que surge como una exploración propia del equipo en este área«, continuó García Bauza.
Este laboratorio, cuyo foco está puesto en el desarrollo de sistemas de simulación aplicados a entrenamiento mediante la tecnología de realidad virtual, lleva más de diez años desarrollando simuladores de entrenamiento para los Subterráneos de Buenos Aires, la Comisión Nacional de Energía Atómica, las Fuerzas Armadas, la empresa INVAP, el Ministerio de Trabajo de la Nación, la Fundación UOCRA, la Cámara Argentina de la Construcción, entre otros.
En el MediaLab trabajan 25 investigadores (12 desarrollan líneas de investigación propias, tres corresponden a personal de apoyo y nueve son becarios e investigadores en formación).