Los chicos van a la escuela técnica «Fray Luis Beltrán». Los elementos serán donados y en el proyecto participaron 34 estudiantes de quinto año.
Alumnos de quinto año de la escuela técnica «Fray Luis Beltrán» construyeron dos aros magnéticos para que las personas con hipoacusia puedan disfrutar sin interferencia de un espectáculo o una charla. Además, realizaron diez andadores para donarlos al asilo de ancianos. Fueron 34 los chicos que trabajaron en el proyecto.
Jeremías Vignolo, Marcos Ávila, Mauricio González y Néstor Garro fueron los elegidos por sus compañeros para presentar el trabajo que desarrollaron durante todo el año. Acompañados por sus profesores, Ramón Andrada y Marcos Morales, contaron cómo fue ver el producto terminado.
«Cuando nos dieron los planos me puse muy contento. Era una nueva experiencia«, dijo Jeremías, quien fue el que rompió el hielo y agregó que uno de los aros magnéticos lo instalaron en el aula de audiovisual. «Hace dos semanas que venimos realizando pruebas, ahora funciona a la perfección«, comentó con una gran sonrisa.
El sistema de los aros está compuesto por un amplificador (cable que rodea el perímetro deseado), este dispositivo convierte el sonido de una fuente determinada (micrófonos) en ondas magnéticas que son recogidas por las audífonos o implantes cocleares cuando el dispositivo es colocado en la posición «T» o en la función línea telefónica, convirtiéndolas en sonido perfectamente audible y libre de las interferencias producidas por el ruido del ambiente o el murmullo del público.
En el medio del aula estaban los tres andadores, uno al lado del otro. Marcos intentó probar si funcionaban como corresponde. «Quedaron hechos una pinturita«, manifestó con los ojos vidriosos y agregó que los profesores les dieron la idea y ellos la llevaron adelante. «Con una máquina doblamos los caños cinco octavos, después hicimos las planchuelas para los agarres y le colocamos las dos ruedas«, señaló mientras mostró cómo se movían.
Contento por todo lo conseguido, el alumno manifestó estar orgulloso de poder haber sido parte de ese proyecto. Además destacó que trabajaron en clase y también hicieron horas extras. «Me parece una excelente idea que los donen al asilo de ancianos porque comprar uno sale muy caro. Nos sentimos motivados y fue una linda experiencia en donde aprendimos mucho«, aseguró.
Mientras los estudiantes le daban el toque final a los andadores, Ramón y Marcos, quienes están a cargo del proyecto, miraban con atención. «Creamos una empresa simulada para que los chicos puedan realizar sus prácticas dentro de la escuela. Ellos no pueden salir a realizarlas en otro lugar, por eso lo decidimos de esta manera«, enfatizó Ramón, quien destacó que hicieron una cocina a leña, que será donada a una escuela rural.
Asimismo remarcó que la idea es que la institución pueda solucionar algunos de los problemas de la sociedad. «Las necesidades están en todos lados, nosotros los hacemos y el Gobierno se encargará de llevarlos a donde haga falta«, expresó. También destacó que solo hicieron diez por una cuestión de costos, y que entre la escuela y los profesores juntaron fondos para comprar los materiales necesarios.
«Tenemos ganas de seguir trabajando, a los jóvenes les encanta. Mientras no tengan que dar lección, siempre están dispuestos a sumarse a las actividades«, resaltó el profesor Marcos y precisó que lo bueno es que tiene un fin social. «Muchas veces no saben porqué estudian determinada cosa, esa es la queja habitual. De esta manera, les mostramos ejemplos y herramientas para que en un futuro puedan tener una profesión«, destacó.