drodriguez 25 julio, 2020

Mauricio Debarbora tiene 25 años y esta semana se convirtió en ingeniero nuclear, noticia que según confesó, aún no puede creer. Sumado a esto, el joven recibió un 10 como calificación a la presentación de su tesis y lo hizo en su habitación, en Posadas, de manera virtual.

En 2013 terminó el colegio secundario con el título de Maestro Mayor de Obras en el Instituto Politécnico San Arnoldo Janssen y para ese entonces ya tenía bastante claro su futuro. En 2014 emprendió viaje hacia la ciudad de Oberá, donde comenzó a estudiar Ingeniería Civil, aunque después de terminar el ciclo básico aseguró que se sentía “incompleto”.

Cuando empecé a cursar los años siguientes de la carrera sentía que me faltaba algo, porque ya no tenía materias como física, química o matemática que era lo que a mí me gustaba”, recordó. Anteriormente un compañero le había comentado sobre la posibilidad de estudiar en el Instituto Balseiro, en Bariloche, y fue entonces cuando no tuvo dudas de que ese era su camino. En 2016 comenzó a prepararse para el ingreso. “Es muy difícil, por carrera solamente ingresan 15 chicos, entonces además es una cuestión de pelear por un cupo. Yo tuve que prepararme mucho durante tres meses y medio pero lo hice solo, cosa que en ese momento me pareció una buena idea pero me salió bien”, recordó entre risas.

Según comentó, le tomaron las materias que ya había rendido, requisito al que se le deben sumar horas de clases: “Te piden tener cierta carga horaria, por ejemplo que hayas cursado un año de materias que tengan matemática, un año de materias que tengan física. Para ingresar necesitás tener cursado más o menos dos años de cualquier otra ingeniería, entonces cuando entrás te toman esas materias aprobadas y con tres años más allá cumplis los cinco años de carrera”.

Hacia el final

Mauricio cursaba el último cuatrimestre cuando la cuarentena irrumpió los planes y por fortuna logró volver a Misiones. “En algún momento no sabíamos si nos íbamos a recibir porque no sabíamos si las materias se iban a poder amoldar al sistema virtual, pero sí sabíamos que iba a ser difícil recibirnos en Bariloche. No fue de lo más lindo, aunque acá no me puedo quejar porque estaba en mi casa con mi familia y mis amigos, pero no tuve ese momento en el salón de actos en el instituto, que es lo que uno siempre espera”, expresó.

Al ser consultado sobre cuál fue la materia que lo llevó a la calificación de excelencia, explicó que si bien la última que rindió fue Laboratorio 2, fue la presentación de la tesis la frutilla del postre. A grandes rasgos, lo que hizo fue mejorar el software de análisis de métodos de varianza y su implementación al código Monte Carlo OpenMC del Instituto de Tecnología de Massachusetts. “Yo lo que hice fue añadir algunas mejoras al programa y probar que funcionan. De alguna manera lo hice más eficiente, pero es algo más académico que otra cosa. Sirve para hacer simulaciones que tienen que ver con la parte nuclear en donde uno busca saber cómo se comporta la radiación”, explicó.

Respecto al futuro, aseguró que le gustaría quedarse en Argentina y realizar una maestría en el Balseiro, además de seguir desarrollando el tema de su tesis. “La sensación ahora es de mucha felicidad, alivio también en algún sentido de haber pasado esta prueba, mi familia está muy orgullosa y feliz por mí, igual que mis amigos. Todo se dio de forma muy linda, todavía no caigo de que me recibí. Presenté la tesis el miércoles a las 11 y a las 12.30 ya me había recibido”, cerró.

 

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