En agosto de 2020 la Asociación Civil Nodo Tau y el Ministerio de Educación de Santa Fé pusieron en marcha un convenio para la recuperación y reparación de computadoras del programa Conectar Igualdad que habían quedado en desuso. Una necesidad que se hizo inocultable en los tiempos de enseñanza virtual en el marco de la pandemia del Coronavirus.
El año de la pandemia, como será recordado el 2020 por la expansión del Coronavirus en todo el planeta, puso de manifiesto en los rincones de la Argentina que no hay enseñanza virtual sin una política estatal de conectividad que sea integral. En tiempos de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, como se llamó la disposición del gobierno nacional para evitar el contagio masivo, la educación primaria y secundaria se redujo a maestros y alumnos encontrándose de un lado y otro de la pantalla. A partir de ahí, los problemas: las conexiones de internet precarias, la ausencia de equipamiento o incluso la falta de capacitación para el uso de esos equipos. No fue fácil enseñar y aprender a distancia.
El año 2010 el gobierno argentino emprendió la iniciativa Conectar Igualdad mediante la cual se apostó a entregar netbooks a estudiantes de las escuelas secundarias del país y a equipar escuelas primarias con las llamadas aulas digitales móviles. En un país en el cual un sector social gozaba del acceso a WIFI en celulares o de más de una computadora por vivienda, y otro sector apenas alcanzaba el uso de una computadora en las escuelas que contaban con un aula digital.
En abril de 2018 Conectar Igualdad fue reemplazado por el programa Aprender Conectados. Y en 2019 se anunció un nuevo cambio: el Ministerio de Educación de la Nación emprendería el Plan Federal Juana Manso, con las bases de lo que había sido Conectar Igualdad.
Cuando el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio en el marco de la pandemia de Covid19 obligó a impulsar la enseñanza virtual, se puso de manifiesto que a aquel proyecto por el se apostó inicialmente le había faltado un abordaje integral necesario. Joel Arnold, un joven analista en sistemas y ex técnico del programa Conectar Igualdad, lo explicó así: “Este tipo de programas tiene que tener un acompañamiento integral de parte del Estado. La parte pedagógica, la capacitación para entender no solo el cuidado que es fundamental sino también la capacitación para darles utilidad a los equipos. Y, además, el mantenimiento, que es básico”.
El uso cotidiano de las netbooks entregadas en Conectar Igualdad, pero además un bloqueo automático que se activa ante el desuso del equipo -lo que en algún momento había sido una manera de incentivar la escolarización de los alumnos- implicó que con el paso del tiempo muchos equipos terminaran descartados. Las escuelas del país fueron acumulando computadoras que ya no servían, mutaron a chatarra.
Alianza
La Asociación Civil Nodo Tau, que tiene su Planta de Gestión de Residuos Informáticos en Rosario, inició a mediados de 2020, en plena pandemia, el proyecto de recuperación de estos equipos que habían pertenecido al programa Conectar Igualdad. Después de consolidar la viabilidad del proyecto se pusieron en contacto con el Ministerio de Educación de la provincia de Santa Fe.
Hubo, en ese diálogo, una pieza clave: Joel, el técnico que había trabajado en Conectar Igualdad, pasó a trabajar en el Ministerio de Educación provincial y además forjó un vínculo con Nodo Tau. Esa alianza agilizó lo que finalmente sucedió en agosto de 2020 cuando Nodo Tau y Educación firmaron un convenio para motorizar la recuperación y reparación de las netbooks de Conectar Igualdad que estaban desechadas en las escuelas de Rosario y alrededores.
“La propuesta fue que nosotros podíamos reparar y poner en marcha las netbooks que estaban en desuso en las escuelas, ya sea por bloqueo o por problemas técnicos, y devolverlas para que las repartieran a los alumnos”, explicó Eduardo Rodríguez, presidente de la Asociación Civil Nodo Tau. Lo siguiente fue la notificación de parte del Ministerio a las escuelas, que comenzaron a llevar las netbooks a la planta. “La mayoría solo estaba bloqueada y había que hacer un proceso por software para desbloquearla”, indicó Eduardo.
En los meses que lleva el convenio llegaron a la Planta unas trescientas computadoras. “Ya procesamos todo lo que nos han traído y tuvimos una buena tasa de recuperación. Muchas ya volvieron a las escuelas para ser entregadas”, valoró Eduardo. Además, jóvenes vinculados a programas de Desarrollo Social provincial como Santa Fe Más están capacitándose en el trabajo de la Planta para que puedan ser ellos quienes recuperen y reparen las computadoras.
Si bien reconocen que este convenio podría tener un alcance masivo, entienden que el mismo contexto de pandemia complicó la llegada de los equipos a la Planta. “Esperamos que este año con el inicio de las clases podamos tener un poco más de demanda, porque es algo sumamente necesario. Ya hemos tenido llamados de escuelas”, agregó el referente de Nodo Tau.
Una máquina por chico
«La pandemia nos sorprendió a todos, no nos dio tiempo a planificar», contó María Fernanda Elean, vicedirectora de la Escuela N° 406 Salvador Mazza, ubicada en Salta al 2500 de Rosario. «De repente nos encontramos con esa situación que tuvimos que enfrentar», explicó. Años atrás la escuela había recibido las computadoras de Conectar igualdad y los programas que lo sucedieron. Pero a 2020 se llegó con más equipos en desuso que en manos de los alumnos. De ahí surgió la necesidad de recuperar y reparar las computadoras.
La Salvador Mazza es una de las escuelas que mandó computadoras a la Planta de Nodo Tau. «Antes iba un técnico cada tanto, a reparar o desbloquear las máquinas, pero era ineficiente y lento. Nadie se ocupaba demasiado de esto», contó María Fernanda. A esa situación se le sumó el fallecimiento del técnico, que no fue reemplazado y por lo cual los equipos quedaron en el abandono.
Para el ciclo lectivo 2021, que tambalea entre la presencialidad y las clases virtuales en el marco de la segunda ola de Covid-19, la escuela aprovechó la reparación de más de 60 equipos. «Lo que nos propusimos fue ponerlas en funcionamiento para dejarlas en manos de los estudiantes, no para que se las lleven pero sí para que tuviera un uso más eficiente dentro de la escuela», indicó la vicedirectora. Aunque en algunos casos sí se entregaron máquinas a estudiantes. «Cuando hay chicos con dificultades que no pueden estar presentes por temas de salud la escuela les provee la máquina», explicó.
«Ahora tenemos casi una máquina por cada chico», contó María Fernanda. En total hay unos 65 alumnos que se reparten en distintos turnos en esta etapa de presencialidad intermitente. «La idea es que los chicos aprendan a usar procesador de texto y planilla de cálculo, porque no lo saben, en el mejor de los casos manejan solo las redes sociales», explicó la docente, quien adhirió a la idea de que la capacitación en el uso de las tecnologías es tan importante como el acceso a los equipos. Aunque lo cierto es que el primer paso es tener las computadoras. «Ahora contamos con el recurso material, que es la condición necesaria, eso nos va a permitir dar los pasos siguientes», consideró.