Será presentado la semana próxima en la EXPO UIO-Tec, que se llevará a cabo en el Parque Industrial La Cantábrica de Haedo, y fue seleccionado por el INTA para conocer detalles de su posible instrumentación. Matías Almirón y Nahiara Álvarez, junto a la profesora Esther Voiro, tendrán a su cargo la defensa de su creación.
Lo hicieron de nuevo. Estudiantes de la Escuela Técnica Nº 1 «República del Paraguay» de Ituzaingó, más precisamente del 7° año de Tecnicatura en Química, desarrollaron un novedoso proyecto sobre cannabis junto a la docente de la citada materia, Esther Voiro.
Ahora se preparan para defender su iniciativa en la EXPO UIO-Tec, que se llevará a cabo la semana próxima en el Parque Industrial La Cantábrica, que recibe como cada año a los emprendimientos más importantes que se idean en establecimientos educativos de la región oeste para saber por dónde va la educación y vincular el mundo de la enseñanza con el trabajo. Además, el trabajo también fue seleccionado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) para conocerlo en detalle.
Ahora bien, ¿de qué se trata el proyecto? Su denominación técnica es CannaBeam, y lo que se proponen es la creación de un test para indicar la presencia de CBD (cannabidiol) en cremas y aceites cannábicos, que tienen un carácter estrictamente medicinal y utilizan el CBD como agente analgésico o calmante para tratar diferentes complicaciones o patologías de salud.
La complicación que analizaron las y los estudiantes que se involucraron con el desarrollo es que cada uno de los productos farmacéuticos que lo contienen son demasiado caros y quedan lejos del alcance de quien realmente lo necesita. Entonces el camino es riesgoso: por un lado, la autoproducción sin las regulaciones para hacerlo; por el otro, la compra en ferias o en dietéticas a menor costo, pero sin garantías de qué es lo que se consume.
“En el laboratorio mediante análisis con CannaBeam detectamos que en los productos de estos orígenes no siempre existe la cantidad indicada de CBD o directamente ni tienen, y consideramos que es necesario conocer que es lo que uno está consumiendo por su salud”, argumentaron Matías Almirón y Nahiara Álvarez, las caras salientes del proyecto que elaboraron junto a Michelle Betegón, Facundo Figueroa, Luca Galeano, Camila Livio Iglesias, Abril Micaela Orga y Morena Silva.
En qué consiste el test de CannaBeam elaborado por estudiantes de la Técnica 1 de Ituzaingó
El trabajo para desarrollar el proyecto fue más allá de cumplir con una materia: mantuvo cautivo a ese grupo de estudiantes a lo largo del año. Buscaron información, se capacitaron en diversas temáticas y le dieron forma a una propuesta que consideran “es simple” y que “no requiere de gran inversión”.
El test de CannaBeam consta de un gotero con el reactivo de Beam y cuatro tubos de ensayo. En uno de ellos se toman unas gotas del aceite o crema a medir y se le añaden otras gotas del CannaBeam. Luego, la lectura del resultado es sencilla: si la muestra se tornó de color violeta o diferentes gamas similares es porque el producto analizado contiene CBD (cuanto más oscuro tiene mayor cantidad). En caso de no producir cambio de coloración es que no lo tiene.
“Realizamos un estudio de costos y la materia prima por unidad saldría solamente 204 pesos. De todos modos, todavía nos falta realizar un estudio de costos totales teniendo en cuenta impuestos y otras regulaciones”, precisaron las y los alumnos, siempre bajo la supervisión de la docente Voiro, una verdadera estratega en el arte de enseñar, que no es la primera vez que se destaca con estudiantes bajo su formación.
“No hay algo así en el mercado local. Cómo no hay mucha regulación, lo que venden en ferias o dietéticas no siempre lo contiene. El test te permite determinar si el aceite o la crema tiene CBD, y también en las flores de cannabis. Hubo un desarrollo parecido hace un par de años, pero no está vigente. En Europa, ese testeo cuesta 600 dólares, porque es más complejo”, completó la docente.
La información que contiene el proyecto, asimismo, cuenta con un relevamiento hecho en la región oeste. Según la consulta, el 60% de las y los habitantes utiliza aceite de cannabis, pero la particularidad es que apenas un 23% de ese universo lo compra en farmacias. El resto en el circuito que no está regulado y un 19% lo produce en su casa. En cuanto a los efectos esperados, el 45% dice que fueron buenos, el 30% a veces tuvo buenos resultados y el 25% tuvo efectos negativos.
Cuando las y los consumidores de esos productos fueron consultados respecto de si utilizarían un test sencillo y a bajo costo que permita determinar la presencia de CBD en los productos adquiridos, el 97% de los usuarios y el 95% de los productores respondieron que sí. Vaya si hay un mercado para salir a financiar la propuesta.