drodriguez 16 noviembre, 2024

 

Con tecnología basada en electrólisis, los chicos de quinto año buscan reemplazar los combustibles tradicionales con una opción sustentable y no contaminante. Buscan colaboración para finalizar el proyecto.

Un grupo de estudiantes de quinto año de la EPET 10 de Puerto Rico está llevando adelante un proyecto que busca innovar en el campo de la energía sostenible. Se trata de un motor que utiliza agua como combustible mediante un proceso de electrólisis, que separa las moléculas de hidrógeno y oxígeno para aprovecharlas como fuente de energía. Este desarrollo que cuenta con el apoyo de sus profesores y la comunidad, no solo refleja el compromiso de los jóvenes con el medio ambiente, sino que también demuestra el potencial de la educación técnica para generar soluciones creativas y viables frente a los desafíos actuales.

Precisamente, el equipo está conformado por los estudiantes Santiago Freiberger, Luciano Machado, Kevin Baumgratz, Brahian Guzmán y Lucas Zang, con la guía de los profesores Marcelo Freitas, Alejandro Zubrezki y Nicolás Schardong.

El proyecto surgió porque vimos que en nuestra escuela, que está orientada en la industria del proceso, no había un desarrollo innovador en nuestra especialización de técnicos en automotores. Queríamos hacer algo nuevo que interesara a la gente y mostrara que estamos aprendiendo y creando cosas importantes. Este motor a base de agua refleja eso”, explicó Santiago Freiberger.

A su vez, Luciano Machado detalló el principio de funcionamiento del motor. Según mencionó, el hidrógeno es un gas sumamente explosivo y por lo tanto, un buen combustible. “Como el agua está compuesta por hidrógeno y oxígeno, pensamos en cómo separarlos. Investigamos y con la ayuda del profesor Alejandro Zubrezki, aprendimos que la forma más sencilla era pasar corriente eléctrica a través de celdas de acero inoxidable en contacto con agua. Este proceso, llamado electrólisis, permite que el agua pase del estado líquido al gaseoso, separando sus moléculas”.

Asimismo, Freiberger agregó que para el proceso usaron agua lo más pura posible, ya que el agua proveniente de la canilla tiene minerales que dificultan la electrólisis. Al separar los átomos del agua, obtuvieron el hidrógeno para usar como combustible. “Cuando el hidrógeno explota en el motor, vuelve a combinarse con el oxígeno y se libera en forma de vapor de agua”.

El proyecto comenzó en marzo de este año y los alumnos tuvieron que superar varios desafíos, comenzando por el costo de los materiales. Como necesitaban un motor nuevo que funcionara con nafta para luego convertirlo a hidrógeno, organizaron un bono colaboración con premios donados por empresas y personas de la comunidad. Con esto, lograron juntar 1 millón de pesos. De ese monto, 500 mil fueron destinados a la compra del motor y el resto a los periféricos necesarios para la producción de hidrógeno.

Además de la colecta, recibieron el apoyo de un empresario local. “Luis Steffen nos donó chapa de acero inoxidable para fabricar las celdas, lo que nos ayudó a reducir costos. Sin embargo, tuvimos que pagar 90 mil pesos a un especialista para cortar las placas de acero inoxidable, ya que hacerlo con herramientas comunes no era viable. Hicimos placas redondas, y el acero inoxidable es muy duro, por lo que nos habría consumido muchos discos de corte”, sostuvo Machado.

En esa línea, Freiberger explicó uno de los principales inconvenientes técnicos que tuvieron en el proceso. “Para ahorrar compramos un motor de marca china. Sin embargo, este no tenía arranque eléctrico, lo que lo hacía poco funcional para pruebas en el banco. Con ayuda del profesor Marcelo Freitas, adaptamos un sistema de arranque eléctrico, quitando la tapa del motor y utilizando el motor de arranque de otro modelo chino”.

Actualmente, el motor funciona entre un 50% y un 60% con hidrógeno, pero aún quedan mejoras por realizar. Los estudiantes contaron que aún deben reemplazar un filtro especial que soporta presiones de hasta 8 bar y cuesta 250 mil pesos. También necesitan nuevas chapas y varillas de acero inoxidable para optimizar el sistema. Por último, deben ajustar el grosor de las placas y reemplazar elementos desgastados, pero eso ya planean hacerlo para el próximo año.

El impacto del proyecto fue notable en la comunidad y durante la Expo Técnica 2024, realizada en Puerto Rico este jueves, muchas personas se acercaron a conocer el motor. “La gente no creía que un motor pudiera funcionar con agua. Cuando les mostramos el proceso, se sorprendieron. Nuestro motor no contamina, ya que solo emite vapor de agua. Es una alternativa viable y sostenible”, destacó Machado.

En tanto, Freiberger concluyó: “queremos mostrar que es posible usar hidrógeno como fuente de energía sostenible. Nos gustaría llevar esta idea más allá de la provincia para que más personas puedan conocerla y aplicarla. Este año ha sido complicado, pero esperamos culminar el proyecto el próximo año, mejorando los elementos que aún necesitamos ajustar”.

Para quienes deseen colaborar con el proyecto, pueden comunicarse al 3743-583172 o realizar donaciones al CVU 0000003100040516543846 (alias: luc.machado).

 

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