Las contraseñas son como un cepillo de dientes. Esto es así porque queremos un buen cepillo de dientes (igual que una contraseña), deberíamos cambiarlo a menudo (igual que una contraseña) y porque nunca deberíamos compartirlo (igual que una contraseña).
Existen algunas acciones clave recomendadas y otras desaconsejadas que pueden ayudar:
EVITAR
- utilizar información personal que pueda ser inferida o encontrada con facilidad como números, IDs, palabras o nombres que puedan ser asociados a su personalidad (números de documentos, patentes de auto, fechas, nombres de familiares, mascotas, números de tarjetas, etc.). Esas palabras y números serán los primeros que se prueben en caso de que alguien desee hacerse pasar por nosotros.
- emplear palabras que existan en el lenguaje usual (de cualquier idioma)
- tener la misma contraseña para todas las cuentas (¿quién no entra en esta categoría?)
PROCURAR
- usar una contraseña diferente para cada cuenta
- combinar mayúsculas, números y caracteres especiales
- cambiar la contraseña cada tres meses más o menos: o inmediatamente si un sitio web notifica acerca de una violación de seguridad
- intentar que las contraseñas tengan al menos 7 u 8 caracteres. Cuanto más larga sea, menos posibilidades existen de que alguien pueda “adivinarla por casualidad” o utilizando herramientas para tal fin.
- utilizar contraseñas diferentes en máquinas diferentes y sistemas diferentes. Por ejemplo no utilice el mismo usuario y clave en su correo electrónico, las redes sociales y el home banking porque si alguien obtiene una de ellas, podrá ingresar a todas sus cuentas.
- mezclar letras mayúsculas, minúsculas, números y caracteres especiales.
A estas alturas probablemente esté pensando: “Si no me acuerdo de mis claves por la mañana, ¿cómo voy a recordar todas estas nuevascontraseñas todo el tiempo?”.
A continuación algunos consejos para crear contraseñas fáciles de recordar, difíciles de adivinar y que sigan siendo seguras.
- piense en una palabra o frase secreta (sólo Ud. puede saberla);
- cambie algunas letras de dicha frase por números o símbolos;
- agregue algún caracter que le indique de que sistema o aplicación es esa contraseña.
Ejemplo:
- Frase: “Estoy por crear una contraseña segura”
- Contraseña inicial: “*3pcuc*5”. Aquí se tomó el primer caracter de cada palabra y se cambiaron algunos de ellos por números (la “E” por un “3” y la “S” por un “5”) y delante de cada número se agregó un “*”.
- Agregar para el correo de Gmail: *3pcuc*5gM (la última “gM” es de GMail)
- Agregar para Twitter: *3pcuc*5tW (la última “tW” es de Twitter)
De esta forma se pueden crear todas las reglas que se crean oportunas y mezclarlas entre sí de forma tal que las contraseñas serán robustas, difíciles de adivinar, fáciles de recordar y, sobre todo, serán distintas para cada aplicación.
Se puede encontrar más información sobre la generación de contraseñas en www.segu-info.com.ar/articulos/2-porque-caen-password-clave.htm
Extraído de |
- Lic. Cristian F. Borghello, Alfabetización Digital Básica, pág. 129-130, [en línea], Argentina, Escuelas Libres [www.escuelaslibres.org.ar], 2011, Disponible en Internet: http://www.segu-kids.org/libro-alfabetizacion-linux.html.
- Decálogo de Contraseñas