Un grupo de estudiantes de la Facultad de Informática de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) logró desarrollar una impresora Braille utilizando repuestos y componentes de impresoras comerciales convencionales en desuso.
El novedoso dispositivo permite, a un costo muy bajo, mejorar las condiciones de acceso de las personas con discapacidad a las nuevas tecnologías, según precisó un comunicado de la UNLP.
Si bien las impresoras Braille ya existen en el mercado, su uso ha sido muy poco difundido debido a su elevado costo, que ronda los 50.000 pesos.
Los técnicos de la UNLP lograron superar esa limitación al fabricar el sistema de impresión de bajo costo, adaptable a la mayoría de las impresoras de chorro de tinta y matricial hogareñas, y que podría ser adquirido por menos de 1.000 pesos, según indicaron desde la universidad.
Este dispositivo consta de un sistema electromecánico que se anexa a las impresoras comerciales, con la ventaja de que permite la reutilización de los motores y la mayoría de las partes de las impresoras comunes, simplemente cambiando la plaqueta original de la impresora por una nueva de fabricación casera.
La Impresora será presentada de forma oficial el próximo miércoles a las 10 en el patio del Rectorado, durante las Jornadas «Accesibilidad y Universidad. Ideas para la Acción».
Según el director de Innovación Tecnológica y Cadenas Productivas de la UNLP y coordinador del proyecto, Gastón Menvielle, la iniciativa se gestó en el marco de la convocatoria de proyectos de voluntariado universitario.
«Nos planteamos como objetivo crear un sistema para impresión en código Braille que se adapte a las tecnologías de impresión comerciales, y a su vez, poder desarrollar un software accesible para el manejo del sistema de impresión Braille«, afirmó.
Pablo Araujo, otro miembro del equipo, destacó que «uno de los motivos por los que decidimos encarar este proyecto es la necesidad de incentivar el desarrollo de actividades y tareas de investigación en materia de software y hardware accesibles a los usuarios con algún tipo de discapacidad«.
«En referencia a las diferentes problemáticas que plantea la discapacidad, entendemos que la informática es una herramienta de enorme valor para ayudar a mejorar las condiciones de accesibilidad de las personas«, agregó Araujo.
Una impresora Braille es similar a una de tinta, láser o térmica, aunque la principal diferencia está en el mecanismo de impresión, que utiliza percutores. Estos realizan la misma función que un punzón para escribir Braille, es decir, son lanzados contra el papel con la fuerza suficiente para que lo marquen y sobresalgan los puntos por la cara contraria a la percutida.
La fuerza que se aplica al papel debe ser suficiente para que la persona ciega pueda sentir el punto.
En términos técnicos, el sistema está compuesto por un componente electromecánico y por un software de control.
«La parte electromecánica consiste en una plaqueta de circuito impreso -de creación propia- que permite el control de los motores y de un solenoide. Esta última es la pieza encargada de realizar el código Braille propiamente dicho sobre el papel«, detalló Menvielle.
Para lograr este objetivo se desarma completamente la impresora, descartando ciertas partes como el sistema de impresión tradicional con tinta, y se anexa en su lugar el solenoide que marca los puntos Braille sobre el papel.
Para controlar la plaqueta se utiliza un programa basado en software libre, también desarrollado por los integrantes del proyecto, y que tiene la ventaja de ser compatible con los sistemas operativos Linux y Windows.
Esto permite a cualquier usuario en cualquier parte del mundo utilizar, cambiar o mejorar el programa y redistribuirlo, ya sea en su forma modificada o en su forma original.
Araujo destacó que «la reutilización de viejos equipos de impresión representa además un mecanismo de producción amigable con el medio ambiente. Podemos fabricar impresoras Braille con sólo reciclar las impresoras de tecnología Inkjet y matriciales que son descartadas de los hogares y oficinas«.