Maanasa Mendu tiene solo 15 años, pero ha logrado algo que podrían agradecerle millones de personas de todas las generaciones en muchas partes del mundo.
La adolescente de Ohio, Estados Unidos, creó una herramienta capaz de transportar energía eléctrica de manera muy asequible a países en vías de desarrollo.
Y recibió por ello hace un par de años el primer premio America’s Top Young Scientist, un concurso nacional de ciencia organizado por la empresa 3M y la organización educativa Discovery Education para jóvenes talentos científicos en la nación norteamericana.
Pero, ¿cómo surgió la idea de inventar algo para llevar la electricidad a lugares remotos?
La respuesta está en unas vacaciones familiares a India en donde vio por primera vez cómo miles de personas viven día tras día sin electricidad, asegura la joven.
El resultado fue un aparato al que dio el nombre de Harvest (cosecha, en español), y que permite hacer llegar energía renovable por apenas US$ 5.
«Para una quinta parte de la población mundial, la oscuridad es una realidad permanente», contó. «Yo quería cambiar la situación«.
En India hay unas 50 millones de hogares sin electricidad. Pero Maanasa ideó una solución.
«El objetivo final es implementar Harvest para que personas en todo el planeta, especialmente en países en desarrollo, puedan tener acceso a la electricidad«.
El sistema que creó obtiene energía del viento, la lluvia y el sol, a través de células solares.
Recabando energía
«Empecé experimentando con un efecto piezoeléctrico, que es un fenómeno de recolección de energía«, explicó la joven.
Los materiales piezoeléctricos permiten convertir la tensión mecánica en electricidad, y la electricidad en vibraciones mecánicas.
Maanasa dice que su dispositivo funciona aplicando una especie de tensión mecánica. Para desarrollarlo, se inspiró en el funcionamiento de las plantas e incluyó unas «hojas solares» capaces de absorber vibraciones.
«Haverst fue, sin lugar a dudas, uno de esos momentos en que se te prende la lamparita«, dijo Maanasa.
«Pensé: ¿Y si pudiéramos aplicar un efecto no solo para obtener tensiones mecánicas directas, como huellas de personas, sino también indirectas, como el propio viento».
«Y entonces fue cuando decidí usar el efecto piezoeléctrico con el viento«.
El sistema tiene varios usos: «Puede usarse para paneles solares, como una forma de integrar energía renovable en áreas urbanas«.
El objetivo de la joven es hacer que su proyecto sea comercialmente viable.
«Tener más materiales puede incrementar la producción de electricidad y hacerla más escalable (con más opciones de crecimiento)«.
Nuevos retos
«El próximo reto es obtener fondos y hacer que crezca. Y encontrar ese socio perfecto para asegurarnos de que realmente llega a la gente«, añade.
Y no le está resultando nada fácil.
«Al principio (2016), Harvest producía muy poca cantidad de energía. En ese momento, me podría haber rendido fácilmente. Pero no me desesperé porque quería crear algo que pudiera ser práctico y útil para la gente«.
«Seguí adelante«, añade.
¿Su consejo para otros inventores?: «Luchen por ello«.
«A veces nos enfrentamos a muchos problemas. Puede que no tengamos confianza en nosotros mismos. Puede que otros no confíen en nuestros inventos«.
«Pero lo más importante es que tienes que creer en tu idea. Y, por lo menos, intentarlo. Ya sea crear un prototipo con materiales constructivos o diseñar el boceto de una idea. Creo que es muy importante probar suerte porque nunca sabes si puede marcar la diferencia«.