drodriguez 23 septiembre, 2018

En un taller de la escuela comenzaron a reparar rodados judicializados.

Para muchos de los que circulan por las bicisendas neuquinas, la bicicleta es mucho más que un simple medio de transporte. Quienes tuvieron la chance de desarmar una y conocer todas sus partes consideran a la bici como un aliado fiel en una nueva forma de concebir la movilidad urbana. Con esa premisa, una ONG llevó un taller de ciclomecánica a las aulas de la EPET N° 8, donde 15 alumnos ya comenzaron a reparar bicis judicializadas para hacerlas propias.

Los integrantes de la organización Ciclistas Urbanos Confluencia sueñan desde el año pasado con la posibilidad de llevar sus talleres de ciclomecánica a todos los barrios neuquinos y acercaron esa idea a la Secretaría de Gobierno que comanda Marcelo Bermúdez. Aunque el proyecto no prosperó, esta oficina municipal sí logró hacer los trámites necesarios para donarles unas 55 bicicletas judicializadas que estaban en los depósitos del Municipio. Con ese material, surgió la idea de acercarse a una escuela técnica.

Destacamos mucho la participación del Municipio con la gestión y del colegio, que es una institución muy querida por la comunidad”, sostuvo Germán Curihuinca, uno de los referentes del programa Taller Reciclo, que agrupa a los alumnos de la EPET N° 8 que todos los sábados trabajan en sus bicicletas.

Daniel Taverna, director de la institución, aseguró que más de 100 chicos se anotaron en el proyecto pero sólo pudieron elegir a 14 por las limitaciones del taller y la disponibilidad de herramientas. “Tratamos de elegir a un grupo bien diverso: hay chicos y chicas de primero a sexto año, y algunos no saben siquiera andar en bici”, explicó Curihuinca.

El taller es coordinado por él y su compañera Andrea Camarero, ambos arquitectos y convencidos de que la bici es una herramienta de transformación social que puede convertir a Neuquén en una ciudad más saludable. Aunque no son expertos en mecánica, logran generar encuentros donde el conocimiento circula de manera horizontal. “Todos tenemos algo que enseñar y los chicos están familiarizados con la dinámica de un taller porque van a una escuela industrial”, explicó.

Para Taverna, saber de ciclomecánica abre una ventana de inserción laboral para el futuro de los estudiantes, atentos a la escasa disponibilidad de talleres de bicicletas en la ciudad. Curihuinca aclaró que el objetivo principal es que los jóvenes sean partícipes de la recuperación de su bicicleta para que la valoren realmente en el futuro.

El taller seguirá vigente hasta fin de año y el objetivo es que los jóvenes bicicleteros se lleven a casa la bici que repararon para comenzar a transitar la ciudad de un modo diferente y solucionar así algunos de sus problemas de transporte (ver aparte). También buscan que sean ellos los replicadores de un proyecto que pretende reciclar y, al mismo tiempo, revolucionar la forma de moverse en las calles de Neuquén.

 

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