Santiago Laiolo es técnico electrónico y es docente de la Técnica Nº 464. El dispositivo está fabricado con piezas LED y software libre para que los alumnos puedan experimentar y aprender.
El técnico electrónico Santiago Laiolo diseñó un vivero electrónico para donarlo a las escuelas públicas de la ciudad. El objetivo es que los alumnos aprendan conceptos de electrónica con elementos que tienen al alcance de la mano y así tomen conciencia, por ejemplo, sobre la producción de alimentos a partir de las energías renovables, sin el uso de fertilizantes químicos.
Como prueba piloto, entregará este viernes, a las 15, un prototipo en la Escuela de Educación Técnica Nº 288 Osvaldo Magnasco, establecimiento educativo que viene trabajando con un proyecto de cultivo hidropónico.
Laiolo es docente de la Técnica Nº 464 (exTécnica 2) y, desde hace varios años, viene experimentando sobre nuevas técnicas de cultivo sustentable junto a un grupo de exalumnos. A la iniciativa se sumó Roberto Elguera, técnico especializado en impresiones 3D, quien tomó la posta en el modelaje y diseño del vivero. Su aporte buscó darle valor agregado al modelo que fabricaron “codo a codo y a pulmón”, ya que hasta el momento no recibieron ayuda de ninguna organización gubernamental ni privada.
El prototipo tiene 60 centímetros por lado y 60 de profundidad, es desmontable, contiene tecnología led y no posee vidrio, lo que lo hace accesible a todos los chicos y, como explicó el propio Laiolo, su finalidad es educativa y didáctica.
“El vivero está monitoreado íntegramente por electrónica, con software y código abiertos, de modo tal que los chicos los pueden trabajar dentro de la escuela e incluso desde su celular vía bluetooth o a través de internet”, explicó Laiolo, quien a su vez encabeza la fundación El Sol Sale para Todos, con la cual intentan fomentar el cuidado de la naturaleza y las energías renovables.
Tomando como punto de partida la donación a la escuela Magnasco, la idea es llevar el proyecto a todos los establecimientos educativos, para que los alumnos puedan experimentar con las plantas y ver qué es lo que sucede cuando se las somete a diferentes temperaturas. Además del vivero, se entregará un kit de semillas para que los chicos puedan hacer camino al andar.
“Este vivero está todo automatizado: se riega solo, las luces se prenden solas, pero se pueden modificar los valores de luz y temperatura. La idea es demostrar cómo responden las plantas a partir de las distintas longitudes de onda”, explicó Laiolo, quien puso énfasis en el proyecto como un instrumento con fines educativos para que los alumnos tomen conciencia de la elaboración de los alimentos.
“Estamos muy acostumbrados a las frutas y las verduras de supermercados, a las que, en la mayoría de los casos, no se les siente el gusto. La idea es evitar el uso de fertilizantes químicos y producir un alimento netamente natural”, destacó el docente, quien investiga desde los 18 años con energías renovables y tecnologías LED.
Laiolo admitió que le costó mucho tiempo y esfuerzo llevar adelante el proyecto, que desarrolló sin contar con ningún apoyo económico. Su propia casa de zona oeste es su centro de operaciones y experimentos. “Hace poco que me pude acomodar, siempre acompañado de alumnos de la Técnica Nº 2, con quienes el año pasado ganamos el segundo premio del Conicet”.
Un vivero similar al que fabricó Laiolo se oferta en las principales páginas de subasta por un precio de unos 20 mil pesos. Sin embargo, su idea es fabricarlo y donarlo a las escuelas para que esté al alcance de todos.
Elguera, su socio, padece una discapacidad motriz que no le impide poder diseñar, investigar y transmitir saberes a los alumnos de la Escuela de Educación Particular Incorporada Nº 2076 San Francisquito.
“Lo invité una día a la escuela para que le dé una clase de impresión 3D a mis alumnos y me di cuenta que sabía un paquete, es más, a él no le impide en lo más mínimo su discapacidad, se maneja muy bien y trabajamos codo a codo”, destacó Laiolo.
Otros proyectos
Laiolo se especializa en la fabricación de termotanques solares, que también aportan datos meteorológicos, y la reconversión de lámparas de tubo a LED.
“Nuestra idea es dar conocimientos de óptica, electricidad, matemática y mecánica para aquellos jóvenes que no tienen oficio y buscan un porvenir”, agregó el técnico, quien anticipó que es un proyecto que aún está en tratativas para poder integrarlo a los clubes de barrio.