Los estudiantes del CET 2, coordinados por un profesor, se entrevistaron con una asociación de personas con artritis y tras escuchar sus padecimientos, diseñaron dispositivos que facilitan su vida cotidiana.

Tiempo atrás, una psicóloga social le comentó a un profesor del Centro de Educación Técnica (CET) 2 los trastornos que padecían día a día las personas con artritis reumatoidea con las que trabajaba. Ese docente convocó a unos 40 alumnos y mantuvieron varios encuentros con los integrantes del grupo AMAR Bariloche (Ayuda Mutua Artritis Reumatoidea).

Tras escuchar las dificultades que atraviesan cotidianamente, se pusieron manos a la obra.

El trabajo consistió en diseñar y elaborar dispositivos, con impresoras 3D, para facilitar la manipulación de elementos (las llaves en cerraduras, por ejemplo, o cierres de camperas) para personas con artritis reumatoidea que tienen limitado el uso de sus manos o dedos.

“Al conocer ciertas dificultades que atraviesan estos pacientes, diseñamos dispositivos sencillos para tareas de la vida cotidiana, como subidores de cierre, manguitos para abrir botellas, calzadores de medias o dispositivos para facilitar la apertura de puertas con llaves que permiten hacer fuerza con las manos y no con los dedos. Es mas ergonómico. Fueron solo algunos de los primeros dispositivos que trabajamos”, sintetizó el maestro de enseñanza técnica, Bruno Guilén, titular del Taller de Diseño asistido por Computadora que dura unos 20 encuentros.

Contó que, “luego de escuchar experiencias y buscar información, como docente les enseñé a diseñar en tres dimensiones con un software. Se hizo el diseño y se imprimieron unos 30 o 40 dispositivos en 3D”.

Durante el proceso, también se realizó una experiencia recreativa: los jóvenes debieron realizar actividades de motricidad fina usando guantes. ¿El objetivo? Ponerse en el lugar del otro. “La idea era que se ataran los cordones con guantes de cuero muy gruesos, entre otras, con la idea de generar empatía. Fue muy lindo”, reconoció.

Los dispositivos -abre botellas, levanta cierres, abrocha botones, portallaves, entre otros- se entregaron a más de 60 personas, entre integrantes del grupo AMAR, personal del establecimiento educativo, familiares de los estudiantes y otras personas que conocieron el proyecto.

Este proyecto que comenzó en el 2019, se retomó el año pasado, cuando se logró la asistencia técnica del médico Gabriel Goin, especialista en la rehabilitación de personas con patologías que afectan la motricidad. “Se prevé continuar este año, con el objetivo de distribuir kit impresos a un mínimo de diez pacientes y hacer estudios profundos sobre el uso, funcionalidad y cómo influyen en el avance de las enfermedades”.

El proyecto fue declarado de interés comunitario por el Concejo Municipal de Bariloche y obtuvo el tercer puesto en el Concurso Latinoamericano en Experiencias Educativas Solidarias, llamado «Historias que Transforman». La iniciativa de Bariloche fue reconocida entre un total de 52 propuestas de Latinoamérica.

“Participaron muchas instituciones y especialmente, universidades. Por eso, nos alegra mucho este reconocimiento al ser una escuela secundaria pública”, manifestó Guillén y aclaró que el premio es una suma de dinero en dólares lo que permitirá el mantenimiento de las máquinas y la compra de insumos.

“Es todo a pulmón. La escuela les permite a los chicos apropiarse de conocimientos; de esta forma, le dan un sentido a lo que aprenden. Hay mucho de sensibilización social también”, consideró.

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