El predio que comparten el Instituto Balseiro (IB) y el Centro Atómico Bariloche (CAB) combina la voluntad humana con la belleza del bosque andino patagónico. Entre casas de piedra y laboratorios de avanzada, el parque de 46 hectáreas es un entorno autosuficiente de oficinas, dormitorios, bibliotecas, comedor, jardín de infantes, banco y almacén.